DECIRTE ADIÓS
(Réquiem por un amor)
Para decirte adiós hasta el aire me hiere.
Mi voz se quiebra en el viento,
los árboles envejecen y no sé como olvidarte,
cómo decirte adiós.
Cómo olvidar aquellas tardes...
esas hermosas tardes tan llenas de cariño,
donde estrenamos caricias, lunas nuevas y
delirios.
Aquellas tardes, en que dibuje en tu pecho mis ternuras
y eras el vuelo fresco sobre mi lecho vacío en las noches
de mis quebrados sueños.
Donde han quedado aquellas nuestras pláticas colmadas de
dulzuras. Y tus besos... Tu beso prometido que esculpió mi
alma y se perpetuó en mi boca con todo su esplendor,
ahora no es más que flores del desierto.
Cómo haré para olvidar lo vivido, lo atesorado, lo bien querido.
Cómo llenar el espacio que has dejado en mi cama impregnada
de tus recuerdos, si no he aprendido a vivir sin ti.
Cómo se arranca este sentimiento que corre por mi sangre
rindiéndome a tus empeños.
Tantas cosas mías volaron hacia ti y ya ves, amor,
hoy tienen rotas sus alas, no pueden regresar.
Se fue contigo mi alegría. Se quedó en ti mi ilusión.
Pero esta herida silenciosa mudará su piel y ya no será más
una suplica para tu ego. Renuncio a tu amor de migajas y a la
expresión de ceguera en mi alma confundida y dañada.
La renuncia, es mi visa de partida, mi anden, el último puerto de
un sueño fenecido.
Y no habrá tormentas. No. Ni agravios ni encrespados vientos.
Solamente, un réquiem por el descanso de tu amor, que ha muerto.
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